¡Bienvenidos al legacy alternativo Pancakes! Llevo mucho tiempo sin jugar a Los Sims 4, pero la verdad es que empecé a bajarme algunas cosas porque siempre me gusta poner mods en el juego, no solo para poder jugar con cosas más bonitas, si no porque me gusta hacer legacies y yo creo que con esas cosas quedan mejor. Pero dejo de enrollarme y os enseño mi nuevo legacy, espero que esto ayude a darle más vida al foro porque este foro ha sido uno de los mejores donde he estado.
-El heredero será hombre o mujer dependiendo del sexo del anterior. Los dos géneros pueden heredar, pero siempre será el contrario al sexo del anterior heredero.
-Los herederos solo podrán ser hijos biológicos, los adoptados nunca podrán heredar.
-El heredero deberá ser siempre el primero en nacer siempre y cuando sea del sexo contrario al actual.
-Todos los rasgos de todas las edades serán elegidos al azar por el mismo juego.
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A la mañana siguiente, Eliza ya estaba despierta y lavaba los platos del desayuno antes de tener que trabajar. Estaba pletórica y es que su barriguita se asomaba un poco más, estaba deseosa de conocer a la pequeña o pequeño que crecía en su interior, a ella le daba igual lo que le viniera, pero solo quería que estuviese sano. Aunque sabiendo lo que sabía sobre la historia del legado de su marido, quería que fuese niña.
Mientras Eliza estaba trabajando, Bob había hecho unos pedidos de varios libros para que tanto él como Eliza pudieran aprender más sobre cocina y pintura, para ascender rápidamente. Se puso en un rincón de la habitación de matrimonio donde podía leer tranquilamente.
Desde que la barriga de Eliza iba creciendo, a Bob le encantaba sentir al bebé, siempre que podía. Eliza y él se ponían ñoños y él empezaba a acariciar su barriguita, a veces, el bebé empezaba a dar patadas... no sabemos si lo hacía para saludar a papá o para decirle que era un pesado.
La vida de los Pancakes era muy apacible, allí donde antes no hacía felicidad, ahora había una felicidad apacible que gustaba de ver, era precioso ver al matrimonio sentados en los sillones de su habitación leyendo sin problemas, solo estando juntos sin más.
Eliza seguía siendo la mujer sofisticada que todos habían conocido, por eso, le gustaba tomar un baño de burbujas relajante. También la ayudaba a dejar salir el dolor de espalda que le provocaba el embarazo. Tanto ella como Bob tenían ganas de preparar el cuarto del bebé, pero no sabían que color usar porque no sabían si era niña o niño. Eliza tenía que ir a trabajar, pero como el parto ya era inminente, decidió tomarse un permiso familiar y pasar el día tranquila en casa.
Mientras Eliza dormía todo lo que el bebé le pedía, Bob quiso arreglar la habitación del bebé y aunque no sabían el sexo, la hizo con motivos infantiles y colores neutros. ¿Que importaba el sexo del bebé si venía bien? Lo que ellos querían era que fuese feliz y no le iban a inculcar un color desde bebé. Cuando Eliza despertó y vio la habitación, se le saltaban las lágrimas, aquello no se lo esperaba y le gustaba que su marido hubiese tomado la iniciativa en ello.
El matrimonio esperaba a su bebé con ganas, pero sabían que se podía hacer esperar, pero justo por ello, no se ponían demasiado nerviosos, sabía que no les serviría de nada, mataban el tiempo estando juntos y jugando por ejemplo, al ajedrez que tenían en uno de los balcones.
¡Pero el momento llegó! Eliza se puso de parto, era hora de dar la bienvenida al nuevo miembro de la familia. Bob había entrado en modo padre Sim con ataque de pánico y fue la pobre Eliza con contracciones la que tuvo que tomar las riendas y casi empujar a Bob hacia el hospital para que pudieran ir a un lugar normal donde dar a luz.
Al ver a Eliza con contracciones y dolores, no tardaron en darle una habitación e ir corriendo a preparar el parto, no había tiempo que perder el nuevo Pancakes venía en camino
Después de laboriosas horas de parto, vino al mundo Alex Pancakes. No era la heredera que el matrimonio esperaba, pero era su primer hijo y la felicidad era real, ahora tenían a su primer hijo y lo iban a amar con locura. La vuelta a casa fue agotadora, sobre todo para Eliza que acababa de dar a luz, pero el tener a Alex con ellos lo calmaba todo.
La orgullosa mamá no tardó en darle la primera toma de pecho a su hijo, le encantaba esa conexión que sentía con el pequeño cuando este mamaba de su pecho, era algo tan hermoso que no quería dejar de sentirlo. Bob veía todo desde la puerta y se le caía la baba.
Pero cuando la mamá se fue a dormir, Bob no dudo en jugar y mimar un poco al pequeño Alex que no dejaba de llorar y quería atención, no era la heredera que había esperado, pero era su hijo y lo amaba por encima de todo. Además, cuando Eliza se fuese a trabajar sería él quien se quedaría a cargo. Y qué forma de volver al trabajo, cuando Eliza volvió la habían ascendido a Organizadora de libros de arte. Lo cual les venía muy bien.
Los padres estaban encantados con su hijo, Eliza no se separaba de él cuando estaba en casa y es que estar con su hijo era lo más importante, quería conseguir su sueño de toda la vida, solo para conseguir darle una gran vida, Bob también estaba haciendo todo lo que podía porque cuando volvió del trabajo había sido ascendido a Coctelero.
El matrimonio Pancakes no se podía quejar de su hijo, el niño era callado y solo lloraba cuando se había hecho caca o tenía hambre, pocos bebés había tan buenos como ellos. Al dia siguiente, había llegado el día del amor y la pareja había decidido celebrarlo aunque fuese en casa. Aunque tenían que trabajar y no sabían cuándo podrían celebrar un poco de aquel día. La verdad es que el tiempo de un bebé Sim era tan corto que pronto se dieron cuenta que con el pasar de los días... se acercaba el cumpleaños de Alex. Alex se convertiría en un infante y es que... el tiempo Sim corría demasiado rápido.
Bob sabía que su esposa quería una mansión, que su deseo era tener una casa mucho más grande y poder hacer realidad su sueño, pero aquella casa no les servía de nada y él no dejaba de mirar las casas en venta de la ciudad para encontrar alguna perfecta para ellos. Porque aquella casa no tenía mucho más de donde sacar, además, cuando Alex creciese a infante... deberían buscar a la heredera y necesitarían más habitaciones, porque eso era algo que tenían claro, sus hijos deberían compartir y quererse mucho, pero también debían tener su propio espacio... vamos a ver, que los niños también quieren estar solos de vez en cuando, él lo comprendía bien porque era una persona solitaria que aunque le gustaba compartir tiempo con su familia y amigos, también prefería estar solo durante un tiempo. Pero por el momento, todas las cosas se le iban un poco de presupuesto.
¡Por fin había llegado el momento! Eso debía pensar Alex, ya que había pasado de ser un bebé que no podía hacer nada a ser un infante con todo un mundo por descubrir, había crecido con el rasgo de tontaina. Este niño ya apuntaba maneras. ¡Alex era un guaperas siendo infante! Su color de pelo era una mezcla entre el de su madre y el de su padre, además, había salido con el tono de piel de su padre y estaba guapísimo. Los ojos indiscutiblemente, eran de su padre. Además de unas pequitas realmente adorables.
Sus padres estaban viendo como de rápido pasaba el tiempo, pero se afanaron en hacer una buena habitación para su hijo, Alex. Además de poner una trona y orinal donde poder ayudar al pequeño en su nueva etapa de la vida. Ahora empezaba una nueva vida para los Pancakes, cada etapa de la vida de su hijo iba a ser una nueva aventura.
Con la llegada de su nueva etapa, Alex dormía en una cama, por eso, Eliza ahora le leía un cuento para que el pequeño pudiese caer rendido. El pequeño se dormía sin esfuerzo gracias al cuento y al chupete que había en su boca y que sus padres solo le daban cuando era hora de dormir.
Bob trabajaba por la tarde hasta la madrugada, no podía estar mucho con su hijo, pero cuando volvía a casa y el pequeño lloraba, fuese la hora que fuese, se iba corriendo a ayudarlo. Y eso era lo que había pasado aquella noche, Alex acababa de pasar a su nueva etapa y necesitaba toda la ayuda posible, por eso, su padre lo enseñó a empezar a utilizar el orinal y que tuviese que dejar de hacérselo todo en el pañal.
Pero la llegada de su hijo, no había cambiado lo que la pareja seguía sintiendo el uno por el otro, así que aquella noche, Eliza se había quedado despierta esperando a Bob y cuando este llegó tenso después de un día cansado de trabajo, los dos se entregaron a lo que sentían... si no se vigilaban pronto tendrían que darle la bienvenida a la niña que tanto esperaba.
Alex era un buen niño, le encantaba jugar y hacer caras tontas con su padre, pero le encantaba comer y más cuando era su padre quien le daba algo de lo que cocinaba, aunque fuesen unos simples cereales, antes de que Bob tuviese que irse a trabajar, Eliza llegaba y había sido ascendida a Artista hambrienta.
La verdad es que la vida con un infante era de todo menos aburrida, Alex siempre necesitaba cuidados, pero Eliza y Alex se arreglaban bien entre ellos, además les gustaba el poder cuidar de su hijo. Además, era Bob quien tenía más horas libres de trabajo y se dedicaba a cuidar de Alex y enseñar todo lo que el niño debía aprender.
Aunque parecía que el amor que se profesaban a diario Eliza y Bob empezaban a tener sus consecuencias... una mañana Eliza tenía el estomago revuelto y vomitó todo el desayuno... ¿falsa alarma? No había forma de saberlo.
Pero Alex y Bob se quedaron de nuevo solos en casa, haciendo que Bob enseñase buenos modales a su hijo y de parte, también a hablar, algo que al niño le iba a servir en el futuro. Eliza y él eran un equipo y los dos lo sabían.
Pero lo que Eliza había imaginado aquella mañana se había hecho realidad, ¡estaba embarazada! La verdad es que era una feliz noticia para todos en la familia, el deseo de seguir creciendo seguía siendo muy grande, sobre todo por encontrar a la heredera. Pero eso no quería decir que Eliza no siguiese ascendiendo como si no pasase nada, porque a los pocos días, era ascendida a Fan de las acuarelas. Y Bob seguía la estela de su esposa porque había sido ascendido a cocinero de línea.
Alex era un infante que le encantaba bromear, cuando sus dos padres estaban trabajando y tenía a canguros por la casa, él se quedaba tranquilo en su cuarto jugando con la tablet que le habían comprado sus padres.
La verdad es que tanto Eliza como Bob estaban encantados con Alex, era un niño muy bueno y se portaba siempre muy bien, pero cuando uno de los dos llegaba del trabajo, se iba corriendo a estar con su hijo para poder jugar un poco, porque pronto se iba a convertir en un sim niño y es que el tiempo corría demasiado rápido. Y tanto Bob como Eliza estaban aprendiendo que el tiempo sim corría como el demonio y que también pronto llegaría el parto del nuevo miembro de los Pancakes. Ahora que se acercaba el cumpleaños de Alex, Bob empezó a cocinarle una rica tarta de chocolate para poder ver el cumpleaños de su hijo antes de que Eliza o él tuviesen que irse a trabajar, porque lo iban a celebrar en familia. Así que cuando acabó, despertó a Alex y a Eliza que con el embarazo dormía mucho más y bajó al pequeño a soplar las velas seguidos por la embarazadísima Eliza.
Así que Bob con Alex en brazos, lo acercó a la tarta para que el pequeño soplase las velas, los dos padres sonreían al ver a su pequeño crecer y como soplaba. Después lo dejó en el suelo para que el pequeño pegase el estirón, mientras que él se iba a trabajar, al final, las cosas habían salido como él deseaba.
El pequeño Alex creció con el rasgo Perfeccionista y su aspiración pasó a ser el de Lumbreras infantil y es que Alex quería ser el más listo de su clase. El pequeño Pancakes había salido como un niño guapísimo y además, tenía muy clara la forma en la que quería vestir. Así que aprovechando que su madre estaba embarazada y tenía que tomarse las cosas con calma. Quiso pedirle que arreglasen su cuarto.
Alex primero quería sentir a su nuevo hermanito o hermanita y le pidió a su madre el tocarle el vientre antes de ir a cambiar el cuarto, ella estaba encantada porque se notaba que el niño quería ver pronto a su hermanito o hermanita, pero después de que su madre comiese un poco, se fueron a la habitación del niño para empezar con los cambios.
Las cosas habían ido bien con los cambios y la habitación del niño había quedado a su gusto, él le había preguntado a su madre si su nuevo hermanito o hermanita dormiría con él, pero Eliza le dijo que por el momento no, que dormiría con su padre y con ella. Pero el niño era feliz y estaba deseando poder conocerle.
Eliza amaba jugar al ajedrez y siempre había querido que su hijo jugase también, pero ni siquiera tuvo que preguntarle ella porque fue el mismo niño quien le dijo que le enseñase a jugar y Eliza empezó enseñarle a su pequeño cerebrito como jugar mientras esperaban a que llegase su labor de parto.
¡Después de unas horas, Eliza se puso de parto! Fue ese momento donde le pidió a su hijo que se portase bien porque se tenía que ir al hospital a dar a luz y se tenía que quedar solo. Fue así como Eliza se fue sola porque no podía contactar con Bob y es que en el trabajo de él eran tan estrictos que ni siquiera le dejaban tener el móvil cuando su mujer estaba por dar a luz. Pero ella era independiente y se fue sola al hospital para poder dar a luz a su pequeño/a hijo/a.
¡Había llegado el momento de que Eliza diese a luz! Por eso ella solita se fue a la sala de partos. Tenía muchas ganas de conocer a su nuevo hijo o hija, sobretodo porque quería saber si era niño o niña, estaba muy nerviosa. ¿Qué iba a tener?