TIERRA DE EMPERADORES

CAPÍTULO I – ORIGEN.

Brisimberg año 1135, en un inmenso territorio llamado Tierra del viento en uno de los cuartos de la Casa de la santísima, muere, don Carlos III de Gómez-mont y Galarneau, emperador, , hombre que logró el crecimiento geográfico de dicho territorio y que gracias a sus descubrimientos, Brisimberg, llegó a convertirse en el poderoso territorio que sus antecesores habían estado formando, pero que a su muerte, tomaría otro rumbo.



Varios años antes.
Desde tiempos antiguos diferentes colonias se peleaban el dominio total de este territorio, se formaron ahí 7 señoríos que a través de alianzas políticas, militares, comerciales y de familia, lograron unificar ese poderío. Muchas de las ciudades que ahí existían, ni si quiera tenían nombre.
Siglo VII, una mujer, descendiente de 5 de las 7 familias señoriales y dominantes que habitaban en todo en el continente, es bautizada y nombrada Emperadora de 5 de los 7 territorios, su misión, unificar los otros dos restantes, su nombre, María de Ortiz. A pesar de que su estirpe prosperaría, su apellido no fue así, en el siglo VIII, los Ortiz pasan al olvido y nace la nueva casa y dinastía imperial conocida como los “León”, estos gobernaron durante 5 generaciones el continente con los otros dos señoríos que faltaban ya unidos, pero que siempre dieron batallas.

En el siglo IX, Varios años más tarde, el emperador Guillermo de León, daría el estatus de nación a todo el imperio, pero había un hombre que sabía que aquel lugar no se trataba solamente de una nación constante de 7 territorios, aquel hombre se convirtió en mano derecha del emperador y su fiel consejero, su nombre Maximiliano de Gómez-mont.
Al morir el emperador Guillermo y ascender al trono su hijo Francisco IV, este trabaja con don Maximiliano para designar gobernantes en los distintos territorios que mantuvieran la lealtad y la paz social, económica y política en cada uno de ellos, pues era un territorio realmente gigantesco, , dicha maniobra, había resultado bien, por lo que el emperador le da el título de gran duque de la Orillana a don Maximiliano y en compensación le otorga una hacienda en la parte centro de aquel territorio, donde don Maximiliano tiene a su primer y único hijo (Maximiliano II) donde funda como tal, la Casa Gómez-mont, siendo él, el primer representante y su hijo el segundo, en el año 828.



Francisco IV y el gran duque Maximiliano, habían logrado pacificar el imperio en distintas ocasiones, pues hubieron muchas movilizaciones bélicas que perturbaron en distintas ocasiones la paz del imperio, lo que dejaba ver la triste decadencia del imperio que gobernaron los León.
El último emperador de esa dinastía, Francisco V, , no pudo dar heredero, su esposa murió poco después de casarse y su eterno amor a ella, lo cegó, ya que incluso, a pesar a haberse casado nuevamente, jamás procreo hijo alguno, era el fin.

En la imagen Francisco IV y el pequeño Fernando


En la imagen Francisco V


A finales del siglo IX, llegaba un nuevo nacimiento en la Casa Gómez-mont, poco después de la muerte de don Maximiliano I, el emperador Francisco IV, lo asocio con una cuestión un poco fantasiosa, para él, don Maximiliano I, había sido la luz de los León pues era un hombre, audaz, inteligente, rudo y aguerrido, lo que lo llevó a pensar que ese niño era una especie de reencarnación de aquel hombre, , por lo que dejó (en su lecho de muerte) dicho a su hijo y sucesor, que cuando también llegara su momento, debía nombrar como sucesor a ese niño.
Es así, en el año 919, que la casa Gómez-mont, fundada por Maximiliano I, en el año 828, se convierte en la nueva casa imperial, con la Ascensión al trono de Fernando I de Gómez-mont y Galarneau, como emperador y primero de su dinastía.

En la imagen Fernando I.


Con el fin de asegurar el futuro del imperio bajo su nombre, don Maximiliano III, aconsejo a su hijo, tener descendientes, es así como Fernando I, ya en el trono, tuvo 5 descendientes, 3 varones y 2 mujeres. Los Gómez-mont, se perfilaban a ser una dinastía muy larga.



Es así, que en el año 1006, cuando Fernando III llega al trono, cambia y da de manera oficial un nombre al imperio, bautizandolo como Brisimberg. Pues muchos territorios contaban con un nombre ya determinado pero don Fernando III, quiso que estos se vieran aliados de manera más sólida al imperio y así, evitar los problemas que su abuelo, primer emperador de su dinastía tuvo a finales de su época.




Al ascender al trono don Fernando V, quien era ya el octavo representante de su dinastía y quinto en ocupar el cargo de emperador, la incertidumbre se hizo notoria en el imperio, la pregunta de quién sería su heredero.

En la imagen Fernando V relativamente joven


El problema llegó en el año 1091, cuando los tiempos de Fernando V se aproximaban a su fin, ya que era un hombre de 80 años, el cual no se sabía que tiempo le quedaba exactamente, además de sumar, una serie de manifestaciones en gran parte del territorio denominado como el “Viento”, por la muerte de unos jóvenes a manos de soldados imperialistas. Esta situación dio preocupación al emperador, razón por la cual no quiso dar el trono a sus hijas, a quienes amaba grandemente, nombrando como su sucesor a su primo pequeño, Carlos III de Gómez-mont y Galarneau, pero que estaba casado con su hija menor. Con esto, don Fernando V, dejaba una responsabilidad no sólo muy grande, sino también muy poderosa a su primo.